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Well Aging o cómo aprender a sacarle partido a la vida

By junio 6, 2025Articulo, Salud, Tendencia

Envejecer es vivir. Así lo entiende la nueva corriente del well aging que busca romper con los estigmas sobre el envejecimiento y la discriminación por la edad, priorizando la salud y el bienestar integral..

En estos tiempos de tanta manifestación en favor de la inclusión y la diversidad, la edad todavía es un hándicap difícil de asumir para una sociedad que sigue venerando la juventud y la belleza como partes indisociables de un mismo fin: el éxito. En un contexto tan hostil con las canas y las arrugas, cumplir años se ha convertido para muchas personas en un drama; un sentimiento de angustia que la industria de la cosmética y la estética han sabido capitalizar bajo el mantra del antiaging y su promesa de recuperar la juventud perdida. 

En estos tiempos de tanta manifestación en favor de la inclusión y la diversidad, la edad todavía es un hándicap difícil de asumir para una sociedad que sigue venerando la juventud y la belleza como partes indisociables de un mismo fin: el éxito. En un contexto tan hostil con las canas y las arrugas, cumplir años se ha convertido para muchas personas en un drama; un sentimiento de angustia que la industria de la cosmética y la estética han sabido capitalizar bajo el mantra del antiaging y su promesa de recuperar la juventud perdida. 

Sin embargo, algo empieza a cambiar en el discurso sobre el envejecimiento. Un cambio que empieza a ser urgente y necesario teniendo en cuenta que se prevé que en 2050 casi un tercio de la población mundial (un 30%) supere los 60 años. Cada vez hay más voces que se alzan contra ese edadismo latente al tiempo que aumenta la presencia en las redes de personas que pasada la cincuentena no se resignan a la invisibilidad social y siguen demostrando que se puede ser productivo, tener energía y una vida plena. Envejecer de la mejor forma posible, viéndose y sintiéndose bien, es una carrera de fondo que deberíamos emprender antes de vernos las primeras canas, porque de nuestros hábitos de ahora dependerá nuestro envejecer futuro. Así lo entiende una nueva corriente que busca acabar con las quimeras del antiaging y promueve el well aging como una filosofía de vida.

¿Qué es el well aging?

Es una forma de entender el paso del tiempo. Se trata de envejecer bien, de forma saludable, sin artificios, reside en adentrarse en la mente y el cuerpo de las personas. Sólo de este modo, adoptando el well aging como filosofía de vida vamos a conseguir que el cambio sea duradero y consolidado. No va a ser un reto en 21 días, aunque hay que empezar por esos 21 días. Pero la impronta de todos estos hábitos y actividades se refleja paulatinamente en el metabolismo, en las células y por supuesto también en la preservación lo más ‘virgen’ posible de nuestro ADN.

Lo primero para iniciarse en el well aging, es querer tener una mejor versión de nosotros mismos y a partir de ahí buscar profesionales que nos puedan orientar, desde el conocimiento y la evidencia contrastada. No sólo en la dietética (importantísimo), sino también en el ejercicio físico, en la salud mental, en el conocimiento personalizado de nuestro cuerpo (lo que le vale a mi amiga a lo mejor no es exactamente lo que me va a valer a mí) y de nuestro momento vital. La teoría parece sencilla, pero en una sociedad de postureo estético que sigue jaleando el atractivo físico ligado a la juventud por encima de otros muchos valores, abrazar el well aging, no siempre es tarea fácil. Se necesita tener interiorizado que hay factores inmodificables, como son la edad, la raza o la genética. Y a partir de ahí usar como comparador principal mi propio YO. Es lícito querer estar lo más saludable y bella posible, lo raro sería que no quisiéramos algo así. La clave está que sepamos y aceptemos que nos comparamos con nosotras mismas y saber que podemos hacer mucho por mejorarnos.

A envejecer bien, se aprende

El cuerpo es una máquina biológica que aprende procesos y los repite a diario. Si acostumbramos al organismo a tomar un vaso de leche con galletas cada noche antes de ir a dormir, seguro el cuerpo lo va a demandar el día que no lo hagamos. Por eso, afirma la doctora, tenemos que ser capaces de lograr hábitos positivos y saludables, como cenar temprano, al menos 2 horas antes de ir a dormir y dejar ese tiempo también libre de pantallas de dispositivos móviles para una correcta higiene del sueño. Nuestro cuerpo despertará más descansado y en breve se acostumbrará a esta rutina. Se trata de enseñar al organismo y de intentar minimizar algunos agentes que favorecen el envejecimiento como la exposición solar, el tabaco o unos malos hábitos de sueño.

Contrarrestaralgunas manifestaciones de la edad es posible. Sin embargo, lo ideal, como casi siempre, es prevenir, anticiparnos. Aunque los malos hábitos se pueden revertir y eso va a redundar a medio y largo plazo en mejorar esas manifestaciones del envejecimiento, debemos tener claro que los milagros inmediatos no existen. Por ejemplo, hay enfermedades degenerativas, como la artrosis, que evolucionan de manera muy dispar en distintos individuos según el estilo de vida. Se ha comprobado que mantener una actividad física regular y un peso corporal saludable son fundamentales para una vida saludable. Además, los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la dislipemia o la diabetes mellitus, también se ha comprobado que pueden modificarse con la actividad física y el correcto peso corporal. 

Las hormonas también juegan su particular papel a cada edad y cambian a lo largo de la vida. En las mujeres, en las que casi todo es más complejo, además hay cambios cíclicos con la menstruación. Y después en la perimenopausia. Pero los hombres no están exentos de sufrir los gajes de la edad. Su principal cambio hormonal se produce en la adolescencia, pero posteriormente lo que más les condiciona es la salud cardiovascular. El perfil hormonal en el varón es bastante más sencillo y estable a lo largo de la vida, salvo en edades muy avanzadas. Por tanto en ellos es fundamental el cuidado de factores de riesgo como obesidad, hipertensión, dislipemia, diabetes y, por supuesto, el hábito tabáquico. Aquí es fundamental un estudio nutricional bien dirigido, para aportar los suplementos necesarios y adecuar el ejercicio físico a cada edad y situación hormonal.

Pero asumir la edad no significa descuidar nuestra imagen. Muy al contrario. Muchos autores han comprobado que la apariencia física afecta de forma positiva en el bienestar emocional y mental de las personas. Por tanto, es indudable que cualquier mejora en nuestro aspecto redundará positivamente en las personas, sintiéndose más motivadas y con mayor seguridad en ellas mismas. En definitiva, más felices con una imagen más saludable, luminosa y joven.

Dicho esto, nunca es tarde para empezar a mejorar nuestro estilo de vida. El momento es AHORA. Antes, ya no llegamos, así que no nos lamentemos por lo hecho (o lo no hecho) en el pasado. Y dejarlo para después es una postura poco inteligente, sabiendo que nos vamos a privar de un gran beneficio. En cualquier caso, es fundamental establecer buenos hábitos desde joven, aunque lo que nos preocupa a los 20 poco tiene que ver con lo que nos interesa a los 40.  Pero practicar un deporte que nos entusiasme, evitar bebidas alcohólicas (o consumirlas de forma muy esporádica), aplicar protección solar para evitar el envejecimiento prematuro de la piel y evitar ultra procesados en la comida habitual es algo por donde empezar. ¡Qué mejor que vivir en salud!

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Melissa Barrenechea Tarazona
GERENTE GENERAL
991289049

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