Desde el punto de vista clínico, las arrugas pueden ser superficiales y profundas.
Tipos de arrugas.
Las superficiales son aquellas que desaparecen con el estiramiento de la piel; que las diferencia de las profundas, que no se modifican cuando se intenta estirar la piel.
Los especialistas tienen otra clasificación para las arrugas: estáticas, dinámicas y gravitacionales.
a) Arrugas estáticas: son provocadas por la fatiga de las estructuras que constituyen la piel, por la repetición de movimientos, que después de un tiempo, como si fuera una “marca indeleble”, aparecen en ausencia de ellos.
b) Arrugas dinámicas: también llamadas líneas de expresión, surgen como consecuencia de movimientos repetitivos de la mímica facial y aparecen con dicho movimiento.
c) Arrugas gravitacionales: son consecuencia de la flaccidez de la piel, terminando con una verdadera ptosis de la estructura cutánea.
Clasificación de Richard Glogau.
Existe otro enfoque para diferenciar los tipos de arrugas: una clasificación elaborada por Richard Glogau, que agrupa a las arrugas en cuatro niveles de acuerdo al grado de fotoenvejecimiento de la piel.
– Tipo I: mínima aparición de arrugas, por fotoenvejecimiento inicial, alteración suave de la pigmentación, ausencia de queratosis o lentigos seniles. Ocurre en personas entre 20 y 30 años.
– Tipo II: la piel permanece lisa en ausencia de movimientos, pero durante movimientos habituales (risa, fruncir el entrecejo, etc.) aparece la cara con arrugas, acompañada con lentigos seniles y telangectasias iniciales, sin hiperqueratosis visible. Ocurre en personas mayores de 35 años.
– Tipo III: Son visibles en ausencia de movimientos habituales, hay lentigos seniles, telangectasis y queratosis solares. La padecen personas mayores de 50 años y precisa de maquillaje permanente.
– Tipo IV: las arrugas son generalizadas, con disminución del espesor de la epidermis, y la piel adopta una coloración amarillenta (por el aumento del espesor de la capa córnea). Hay mayor tendencia al cáncer de piel y ocurre en personas mayores de 60 años.
Arrugas faciales
Las arrugas que más preocupan a las personas, especialmente a las mujeres, son aquellas que aparecen en el rostro.
De acuerdo a lo mencionado anteriormente, las que son superficiales y del grado I de la clasificación, son las que no necesitan maquillaje permanente y tienen buena respuesta al tratamiento.
No ocurre así con las arrugas profundas y que se corresponden con los grados III y IV, que requieren de maquillaje permanente y tratamientos más complejos.
Para entender mejor lo que sucede con la apariencia del rostro conforme avanza la edad, se divide la cara en tres secciones.
El tercio superior abarca desde la frente hasta la línea de los ojos. El tercio medio incluye la parte de debajo de la línea de los ojos hasta el borde de la base de la nariz, mientras que el tercio inferior, el área de la boca y el mentón.
Cuando las personas son jóvenes, el tercio inferior presenta una forma de triángulo invertido. Pero con el envejecimiento se pierde el volumen facial, lo que provoca que el rostro modifique su forma original y adquiera una apariencia triangular, pero con la base hacia abajo.
Tratamiento del envejecimiento facial
Existen numerosas y variadas técnicas, tanto tecnológicas como médicas y cosméticas, para el tratamiento del envejecimiento facial. Una problemática que en los últimos años ha tenido grandes avances, al punto de ofrecer día a día más y mejores opciones para mejorar tanto las líneas de expresión como las arrugas.
Además de ser cada vez más accesibles y personalizados, conforme a las posibilidades y necesidades de cada persona, la mayoría de estos recursos terapéuticos no son invasivos, por lo que no exigen la interrupción del trabajo o de las actividades de la vida familiar o social.
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